Críticas

Estreno en cines

Crítica de “La Máquina: The Smashing Machine”, película de Benny Safdie con Dwayne Johnson y Emily Blunt

Ya sin su hermano mayor Josh como socio creativo, Benny Safdie ganó el premio a Mejor Dirección en la reciente Mostra de Venecia por este film basado en la historia real del luchador de MMA (artes marciales mixtas) Mark Kerr. La compañía A24 la estrenará en los cines estadounidenses este viernes 3 de octubre (misma fecha de lanzamiento en España y varios otros mercados), mientras que la distribuidora Diamond hará lo propio en salas argentinas seis días después: el jueves 9.

Estreno 09/10/2025
Publicada el 06/10/2025

La Máquina: The Smashing Machine (The Smashing Machine, Estados Unidos, Japón, Canadá/2025). Guion, edición y dirección: Benny Safdie. Elenco: Dwayne Johnson, Emily Blunt, Ryan Bader, Bas Rutten, Oleksandr Usyk, Lyndsey Gavin, Satoshi Ishii, James Moontasri, Yoko Hamamura, Stephen Quadros y Jason Tremblay. Fotografía: Maceo Bishop. Música: Nala Sinephro. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 123 minutos. Apta para mayores de 16 años. Salas (primera semana): 105.

(Publicada originalmente el 29/09/2025)

Tras varios cortos y pequeños films realizados durante el período 2005-2015 como Go Get Some Rosemary / Daddy Longlegs, Buttons, Lenny Cooke y Heaven Knows What, los hermanos Safdie se consagraron dirigiendo a Robert Pattinson en Good Time: Viviendo al límite y a Adam Sandler en Diamantes en bruto (Uncut Gems). Y así como en esos dos casos consiguieron notables trabajos por parte de dos actores resistidos por parte de la cinefilia, ahora Benny (ya en solitario) obtiene una de las mejores interpretaciones de otra estrella a la que parte de la intelligentsia miraba con bastante recelo y hasta cierto desprecio: Dwayne “The Rock” Johnson.

Tratándose de la recreación de parte de la vida (el corazón es entre 1997 y 2000) de un luchador como Mark Kerr, cualquiera podría pensar que La Roca lo interpretaría con solvencia desde lo físico (él mismo incursionó en ese universo antes de convertirse en estrella de Hollywood) y con ciertas limitaciones desde lo dramático, pero para mi Johnson siempre fue un actor mucho más dúctil de lo que se creía y aquí tiene la oportunidad de demostrar que puede encarnar a un tipo violento que apenas puede sostener una vida mínimamente estable fuera de los rings y cuya adicción a los analgésicos opioides complican también su faceta deportiva.

The smashing machine johnson 2

Pero -para bien y para mal- el aquí también guionista Benny Safdie (el film tiene como origen el documental de 2002 The Smashing Machine: The Life and Times of Extreme Fighter Mark Kerr) elude la zona más épica de las biopics deportivas. Su película tiene ciertas zonas más convencionales (como un regreso a-lo-Rocky luego de un proceso rehabilitación), escenas con música grandilocuente de fondo y ciertas conexiones con exitosas incursiones autorales al mundo de los combates como Toro salvaje, de Martin Scorsese, con Robert De Niro; El luchador (The Wrestler), de Darren Aronofsky, con Mickey Rourke; Foxcatcher, de Bennett Miller, con Steve Carell, Channing Tatum y Mark Ruffalo; o La garra de hierro (The Iron Claw), de Sean Durkin, con Zac Efron y Jeremy Allen White, pero a la vez se va despegando de los lugares comunes del género para evitar un desenlace apoteósico y convertirse en verdad en una mirada bastante cuestionadora y desencantada de la cultura del éxito a cualquier costo y de los sacrificios extremos que muchas veces (casi siempre) conlleva.

Si bien hay, por supuesto, escenas de luchas cuerpo a cuerpo (y Safdie las construye con adrenalina y visceralidad a partir del uso de mucha cámara en mano y de un preciso trabajo de edición que él mismo supervisó), buena parte de la película transcurre en el hogar que comparte con su pareja Dawn Staples (una siempre talentosa aunque no del todo aprovechada Emily Blunt), en una relación no exenta de contradicciones, de tensiones y de arranques de violencia; y desarrollando también la amistad con Mark Coleman (Ryan Bader), su ocasional entrenador, principal rival, pero también compinche.

The smashing machine johnson blunt

La acción pendula entre la norteamérica profunda y un país como Japón, que fue uno de los primeros mercados en popularizar las MMA. Es que, como bien deja en claro el film, Kerr, Coleman y el resto de los peleadores de esa época, que protagonizaban largos y sangrientos torneos por una bolsa de 200.000 dólares, fueron pioneros fundamentales para que luego la UFC se convirtiera  en el negocio multimillonario y global que es hoy.

La apuesta visual por múltiples texturas (un comienzo con video lo-fi y luego imágenes capturadas en 16mm y otras con cámaras IMAX) le otorga al film un cierto tono retro, vintage, y, en ese sentido, toda la recreación de época (aunque pasaron solo 25 años los cambios fueron importantes) es rigurosa e impecable.

Quizás el principal riesgo (problema) de La Máquina: The Smashing Machine, que para mi gusto se ubica uno o dos escalones por debajo de las apuntadas Good Time: Viviendo al límite y Diamantes en bruto, es que no sea todo lo satisfactoria que los distintos segmentos de públicos que pueden acercarse al film esperan porque como épica deportiva escamotea muchas de las dimensiones más heroicas y gloriosas; y como drama adulto puede quedarse corto a la hora de convencer a quienes buscan un cine “adulto y autoral”. De todas formas, la virtuosa puesta en escena, la actuación de Dwayne Johnson y ciertos momentos de indudable sensibilidad y emoción (cuando La Roca expone la faceta más vulnerable del personaje la película crece mucho) terminan convirtiéndola en una experiencia más que satisfactoria. 

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